sábado, 15 de junio de 2013

Nop, no era un demonio. Era una ardillita.

En la era de la información global instantánea, es cada vez más difícil que haya misterios sin resolver. Los fantasmas resultan ser reflejos, las manchas con rostros familiares se deben a la pareidolia, los monstruos eran algún bromista disfrazado, los OVNIs son globos o manchas en las lentes, y los demonios en el jardín no son más que ardillas negras sin pelaje.


A esta pobre ardilla negra sin pelo la confundieron con un "demonio de Jersey". Más información.

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